¿Es posible que la inteligencia artificial descifre el futuro de nuestra existencia? Investigadores daneses han desarrollado un modelo que predice con sorprendente precisión la probabilidad de morir en los próximos cuatro años, planteando preguntas fascinantes sobre el papel de la IA y de nosotros mismos como seres mortales en la comprensión de la vida humana.
En un avance que parece sacado de cualquier libro o películas de ciencia ficción, un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Dinamarca ha desarrollado una inteligencia artificial capaz de prever, con un sorprendente 78% de precisión, la probabilidad de que una persona muera en los próximos cuatro años.
Según informaciones de ElDiario.es, liderados por Sune Lehmann, en el estudio el equipo entrenó un modelo denominado “life2vec”, utilizando una amplia base de datos que incluía información sociodemográfica de aproximadamente 6 millones de individuos.
La singularidad de este enfoque radica en la traducción de eventos vitales en secuencias de palabras, permitiendo al modelo, basado en una arquitectura similar a ChatGPT, realizar predicciones con un 11% más de precisión que los modelos existentes.
En lugar de utilizar datos en términos numéricos, cada aspecto de la vida de una persona se convierte en palabras, facilitando al modelo de aprendizaje profundo hacer predicciones al estilo de ChatGPT y con sus mismas dinámicas.
El enfoque del equipo se centró particularmente en predecir la mortalidad en individuos de 35 a 65 años, una tarea desafiante dada la complejidad de este grupo demográfico. Lehmann explicó al diario digital de España que enfrentaron el dilema a la IA en parejas, presentándole dos personas y diciendo que una de ellas moriría, sin especificar cuál. La IA superó las expectativas, alcanzando una tasa de aciertos del 78% en estas predicciones.
La predicción de la mortalidad no es simplemente un ejercicio técnico; según Lara Lloret, especialista en salud e inteligencia artificial del CSIC, este enfoque revela factores clave que influyen en las predicciones, brindando oportunidades para intervenir si es necesario. Más allá de la predicción de la muerte, el modelo ofrece una visión única de la evolución diaria de cada individuo a través de una red compleja de 280 variables.
Lehmann y su equipo creen que este enfoque de aprendizaje automático no solo puede ser valioso para prever la mortalidad, sino que también proporciona una comprensión cuantitativa del comportamiento humano. Aunque el estudio ha sido catalogado como una prueba de concepto, sugiere un nuevo camino para el análisis de datos sociodemográficos a gran escala utilizando herramientas innovadoras.
A medida que la IA evoluciona, su presencia plantea preguntas éticas y prácticas sobre la utilización de estos modelos para comprender y predecir la vida humana.
