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El enfoque humano de la inteligencia artificial

El enfoque humano de la inteligencia artificial

Foto: imaginima vía Getty Images

 

De acuerdo a un reciente reporte KPMG, la inversión en Inteligencia Artificial (IA), machine learning y procesos de automatización robótica alcanzarán los 232 mil millones de dólares al año 2025. El indicador se suma a una tendencia sostenida de inversión público-privada desde 2021. Solo como referencia, un 40% de los ejecutivos encuestados en dicho reporte KPMG, esperan elevar sus inversiones en IA un 20% o más, y un 32% de ellos, repite la cifra en procesos de automatización robótica.

Estados Unidos, China y Reino Unido lideran el ranking de IA, incluyendo tecnologías, talento humano especializado e iniciativas de investigación. Una tendencia que diversas industrias de Latinoamérica ya exploran en salud, minería, logística y otras.

Un aspecto interesante ha sido el enfoque humano de la IA; es decir, un intento por crear sistemas que amplifiquen y aumenten las habilidades humanas. De esta forma, se busca preservar el control humano para asegurar que la IA satisfaga nuestras necesidades y a la vez, trabajar transparentemente entregando resultados justos y respetando la privacidad. El propósito no es arrebatar la oportunidades de trabajo al ser humano y reemplazarlos por máquinas, sino muy al contrario, aprovechar las habilidades humanas para tareas irremplazables, y dejar a las máquinas, aquello que éstas pueden hacer mejor, en tiempo récord y sin riesgos de accidentabilidad humana.

Existen diferentes formas en que la industria se puede beneficiar de Human-Centered AI (HCAI) a través de nuevas formas de interacción humano-IA y experiencias que mejoren o extiendan las capacidades humanas por el bienestar de productos, clientes y la sociedad en general. Esto involucra la concepción de aplicaciones en interacción humano-computador, colaboración humano-robots en plantas industriales, trabajo cooperativo apoyado por computadores, etc. Es decir, considera aplicaciones en las cuales se logran mejoras sustanciales en el rendimiento cuando las máquinas y humanos trabajos en conjunto, es decir, a través de inteligencia colaborativa.

Así, en general las aplicaciones se centran en tres aspectos críticos de la HCAI, como son la colaboración y co-creación humano-IA, que desarrolla experiencias u visualizaciones novedosas para un usuario; la  IA responsable y compatible con humanos, que estudia la forma en que los sistemas centrados en humanos pueden proporcionar resultados beneficiales a los usuarios directos, a aquellos afectados por su operación y a la sociedad en general; y la interacción en lenguaje natural, que desarrolla y mejora las interfaces de usuario conversacionales que utilizan sistemas de diálogo avanzados, y que se han hecho más populares en variadas aplicaciones de negocios, reclutamiento, e interacción social.

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El beneficio general del HCAI surge de todo lo que se genera cuando las compañías optimizan la colaboración entre humanos y sistemas de IA, lo que conlleva beneficios en la industria como la toma de decisiones informadas, la confiabilidad y escalabilidad, permitiendo  que nuestras ideas escalen para servir requerimientos y necesidades mucho más complejas. Y finalmente la construcción de productos de software más exitosos, aplicando principios de la ciencia de la conducta a la tecnología a través de la HCAI, los desarrolladores y diseñadores de productos son capaces de aprovechar la conducta de los usuarios y los patrones subconscientes para construir productos y servicios que enriquezcan los resultados finales.

Dr. John Atkinson. Es profesor titular de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez. Director del Magíster en Inteligencia Artificial UAI.

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