Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge ha desarrollado un sensor robótico que puede leer braille a velocidades inéditas gracias a la inteligencia artificial, abriendo nuevas posibilidades en accesibilidad y tecnología de asistencia.
La Universidad de Cambridge ha protagonizado un avance tecnológico notable en el ámbito de la accesibilidad para personas con discapacidad visual. Investigadores de este prestigioso centro académico han desarrollado un sensor robótico que, gracias a la integración de técnicas de IA, es capaz de leer braille a velocidades sorprendentes, superando considerablemente la velocidad de lectura humana.
Este innovador dispositivo ha sido el resultado de arduos esfuerzos por parte de un equipo interdisciplinario de expertos en ingeniería y ciencias de la computación. Utilizando algoritmos de aprendizaje automático (machine learning), han logrado enseñar al sensor a deslizarse con precisión sobre líneas de texto braille, alcanzando una velocidad de lectura de 315 palabras por minuto con una notable precisión del 90%.
El potencial de este avance trasciende el mero campo de la tecnología asistiva. Si bien inicialmente se concibió como un instrumento para mejorar la accesibilidad de personas con discapacidad visual, el sensor robótico también podría tener aplicaciones en el desarrollo de prótesis y manos robóticas con sensibilidad táctil comparable a la de los dedos humanos.
El profesor Fumiya Iida, destacado miembro del equipo de investigación y experto en robótica, señaló la importancia de este avance para la inclusión y la igualdad de oportunidades. “La capacidad de replicar la sensibilidad táctil de los dedos humanos en tecnología robótica es un logro significativo que puede mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo”, afirmó, según informaciones de Diario Estrategia.
Además de su potencial impacto en la accesibilidad, este avance también es un hito en el campo de la inteligencia artificial y la visión por computadora. Los algoritmos desarrollados para este proyecto podrían tener aplicaciones en otros ámbitos, como la detección táctil en la manipulación robótica y la identificación de texturas superficiales, ampliando así el alcance y la relevancia de esta tecnología innovadora.
El desarrollo de este sensor robótico es un ejemplo del poder transformador de la inteligencia artificial cuando se aplica de manera creativa, útil y con un enfoque centrado en las necesidades humanas, así como ha sucedido con otras aplicaciones en la medicina y otras áreas de desarrollo.
