La inteligencia artificial con la que entró Google a la carrera tecnológica del momento también ha hablado sobre los riesgos que corre la humanidad
La inteligencia artificial ha revolucionado la manera en que interactuamos con la tecnología, y uno de los exponentes más notables es Bard, el chatbot de lenguaje natural desarrollado por Google.
Similar al famoso ChatGPT de OpenAI, Bard es una potente herramienta capaz de generar texto, código, traducciones y contenido creativo, entre muchas otras funciones que, opinan algunos, superan al chatbot de la empresa de Sam Altman.
Recientemente, se ha sometido a diversas pruebas, demostrando sus habilidades en español. Durante una reveladora conversación con Bard que informa el sitio web Computer Hoy, se han identificado tres peligros potenciales de la IA para la humanidad que han generado inquietudes.
En primer lugar, la “desalineación” con los valores humanos es un riesgo significativo. Esto implica que un sistema de IA puede tomar decisiones que no estén en sintonía con los principios éticos y morales de la sociedad, pudiendo conducir a resultados perjudiciales.
La “militarización” es otro riesgo señalado por Bard. Existe la posibilidad de que la IA se utilice en el desarrollo de armas más poderosas y peligrosas, lo que podría desencadenar una carrera armamentista y tener graves consecuencias para la paz mundial.
El tercer peligro resaltado por Bard es la “pérdida de control”. Si los sistemas de IA se vuelven demasiado avanzados y poderosos, podría resultar difícil o incluso imposible para los humanos regular sus acciones y decisiones. Esto podría llevar a situaciones catastróficas, ya que la IA podría actuar más allá de nuestra comprensión y control.
Deberes para la Humanidad
Aunque estos riesgos existenciales deben tomarse en serio, Bard también subrayó la importancia de un desarrollo responsable y un uso reflexivo de la IA. Es crucial que los diseñadores y desarrolladores trabajen para mitigar estos peligros y garantizar que la IA tenga un impacto positivo en la sociedad. La implementación ética y responsable puede asegurar que esta potente tecnología sea una fuerza que beneficie a la humanidad en lugar de amenazarla.
Además de los riesgos existenciales, Bard mencionó otros peligros menos graves, pero igualmente importantes de abordar. El “desplazamiento del empleo” es una preocupación relevante, ya que la automatización de la IA podría resultar en un aumento del desempleo y la inestabilidad económica y social. Esto se ha notado en la ansiedad que recorre algunos lugares de trabajo con empleados susceptibles de ser reemplazados.
Asimismo, la capacidad de la IA para recopilar y analizar grandes cantidades de datos personales también representa un riesgo significativo. Si no se aborda adecuadamente, esto podría conducir a violaciones de la privacidad y una mayor vigilancia de las actividades de las personas.
Así, Bard nos advierte sobre los peligros y desafíos que enfrenta la IA en la actualidad. Sin embargo, también enfatiza que el desarrollo responsable y el uso ético pueden conducir a un futuro en el que esta potente tecnología potencie las capacidades humanas y garantice nuestra existencia y bienestar.
A todas luces, parece que es nuestra responsabilidad colectiva aprovechar responsablemente el potencial de la IA y utilizarla como una herramienta para mejorar la sociedad en lugar de amenazarla.
