Estás leyendo
Un sistema de inteligencia artificial y organoides cerebrales explora una nueva frontera tecnológica y ética

Un sistema de inteligencia artificial y organoides cerebrales explora una nueva frontera tecnológica y ética

Científicos respaldados por subvenciones públicas se encuentran trabajando en la combinación de chips electrónicos con organoides cerebrales

 Los avances en materia de desarrollo médico e investigación científica han aumentado considerablemente, con el añadido de la inteligencia artificial en la ecuación. Esta vez, científicos australianos e investigadores de la University College London, con la ayuda de la startup de Melbourne, Cortical Labs, también australiana, trabajan en la combinación de chips con organoides cerebrales (células de neuronas cultivadas in vitro).

El proyecto saca provecho de disciplinas como la informática, la automatización, la robótica o la medicina, reuniéndolas todas para desarrollar una idea que ha obtenido una subvención de aproximadamente 600 000 dólares por parte del Departamento de Defensa de Australia y la Oficina Nacional de Inteligencia.

A la ecuación también se incorpora el aspecto ético, como en otros casos en los que se cuestionan los límites de los avances humanos. La reflexión se da en torno a si este trabajo con organoides y la “vida” que se les da implican una forma de conciencia. La regulación de estos estudios, la naturaleza de estas células cerebrales, que provienen de un “donante” con conciencia y propiedad sobre estas, entre otros, son otros temas que suscitan este tipo de proyectos.

Apto para comprender las dinámicas neuronales del cerebro

Los científicos trabajan en fusionar las células del cerebro con la IA, lo que permitiría dar vida a máquinas que pueden replicar el proceso de aprendizaje de las redes neuronales humanas. Esto tiene un antecedente, como informa el medio francés La Croix: la proeza que se consiguió hace un año y medio, la cual consistió en cultivar en una placa de laboratorio, denominada Petri, una red de 800 000 neuronas que se conectó a un procesador. Gracias a esta simularon el juego de Pong, famoso en los 70.

Dicha demostración, a la que llamaron “Dish Brain”, tiene como una base una premisa según la que los chips y las neuronas tienen en común pulsos eléctricos, con lo cual se combinan la estimulación y ensayos para entrenar a este cerebro en miniatura. De este modo, se consume menos energía que con el uso exclusivo de la inteligencia artificial.

Leer también

“El aspecto más asombroso es que Dish Brain aprende muy rápido, en menos de cinco minutos, mientras que una IA clásica necesita de noventa minutos”, explicó Brett Kagan de Cortical Labs cuando se presentó este “protosistema” a finales de 2021, de acuerdo al medio galo.

La investigación y el desarrollo de este sistema compuesto de organoides cerebrales también resultan ideales para comprender los mecanismos de formación del cerebro y cómo funciona este. Al mismo tiempo, pueden arrojar luz a otros proyectos científicos vinculados al desarrollo de bioordenadores basados en el funcionamiento del órgano, lo que ha servido también para entrenar a las inteligencias artificiales que copan la agenda mediática.

De igual forma, estudios como estos tendrían un papel fundamental si se trata de explicar el mecanismo y las características de las enfermedades relativas a las dinámicas neuronales.

© 2023 - NEXT MEDIA CONTENT Y PRISA MEDIA CHILE
Todos los derechos reservados

Ir arriba