Ya no queda duda de que la inteligencia artificial necesita cierta regulación, algo que los países de la Unión Europea y Estados Unidos ya empiezan a esbozar con la creación de un código de conducta en común
Al igual que lo ha hecho China al reforzar las limitaciones de la inteligencia artificial, tomando en cuenta el desarrollo y los usos de esta por parte de las empresas, Occidente persigue el mismo objetivo. Con la realización de “un código de conducta”, los países de la UE y EE.UU. quieren proponer este compendio de regulaciones.
Esta iniciativa surge como respuesta al temor de que China lidere la regulación de un campo en pleno auge, en un panorama en donde las economías se verán reforzadas o debilitadas según cómo traten el avance de la IA. Desde políticos hasta los propios creadores, investigadores y empresarios relacionados con esta tecnología, hay un consenso global sobre la necesidad de regular una herramienta con efectos revolucionarios y diversas facetas, pero también altos riesgos en sus aplicaciones.
El código de conducta propuesto sería abierto a todos los países que compartan ideas similares, de acuerdo al medio Le Parisien. Según el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se espera presentar una versión preliminar en las próximas semanas. Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea, que es conocida por enfrentarse a las grandes tecnológicas si se trata de regularlas, indicó la importancia de que los ciudadanos vean que las democracias están tomando acción, según el informativo francés.
Se espera llegar a una propuesta final en un futuro cercano y ampliando el campo de visión a otros estados, buscando el apoyo de países como Canadá, Reino Unido, Japón e India.
Aplicación voluntaria
Mientras la Unión Europea prepara un marco jurídico completo y vinculante que se aplicaría a la IA en unos años, el código de conducta desarrollado con Washington será de aplicación voluntaria. Esto ejemplifica cómo ha sido la relación histórica de ambas zonas de Occidente en lo relacionado a Internet, los datos personales y el mal uso de estos como consecuencia.
El sector de la IA está dominado por gigantes estadounidenses como Microsoft, Meta y Google. Sin embargo, el ecosistema está en constante evolución, con plataformas de código abierto que pueden competir e incluso liderar rápidamente la carrera de la IA en términos tecnológicos.
Perteneciente a la empresa estadounidense Open AI, la llegada de Chat GPT —un emblema en el sector— como herramienta de IA generativa y sus múltiples usos, ha despertado las alarmas de las autoridades y de la comunidad en general acerca de cómo regularla. Incluso, el Ministerio de Educación en Chile está distribuyendo desde la semana pasada una guía especial sobre este programa con fines educativos, para evitar su mala utilización.
China también tiene planes de regulación, incluyendo la “inspección de seguridad” de herramientas de IA. Aunque se han llevado a cabo numerosas discusiones, Estados Unidos no tiene un proyecto que impere por el momento.
Tanto esta nación como la UE coinciden en que la IA ofrece grandes oportunidades, pero también presenta riesgos para el desarrollo de la sociedad, la economía y el trabajo.
