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Carlos A. Scolari: «Ni la misma IA puede diferenciar un texto creado por un humano de otro generado por la máquina» (Parte 2)

Carlos A. Scolari: «Ni la misma IA puede diferenciar un texto creado por un humano de otro generado por la máquina» (Parte 2)

Por: Luis San Martín Arzola

 

La narrativa transmedia es un concepto importante en la era digital e implica muchísimo a los usuarios, que tienen que elegir cómo “seguir” el relato. ¿Cómo puede la IA contribuir a enriquecer y ampliar las narrativas transmedia?

Mi impresión es que el uso de las inteligencias artificiales generativas dentro de las narrativas transmedia todavía está por verse. Debido a esa capacidad que tienen para crear nuevos contenidos, no creo que tarden mucho en integrarse dentro de las narrativas transmedia. No cuesta mucho imaginar un mundo narrativo transmedia que se va contando en muchos medios y plataformas, y que muchos de esos contenidos “expansivos” se generen automáticamente.

Algo de esto ya está presente en algunos videojuegos. Por ejemplo, No Man’s Sky es un videojuego en que el sistema genera automáticamente millones y millones de planetas que el jugador o la jugadora pueden explorar. O sea, esos planetas ya no están hechos por un equipo, sino que son creados por la máquina.

En el Departamento de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona organizamos este año el primer festival europeo de cine con inteligencia artificial. Se presentaron trabajos hechos por humanos pero que contaban —ya sea a nivel de guion o las imágenes— con apoyo de inteligencias artificiales generativas. Había cosas muy sofisticadas, cortometrajes de cine de autor, pero potenciados por el uso de estas herramientas. Yo creo que ahí está el filón más interesante desde el punto de vista de la narrativa transmedia: las inteligencias artificiales generativas como instrumento para abrir nuevos horizontes creativos.

En el mismo sentido, los chatbots y el lenguaje natural de las IA generativas cambia sin parar. Teniendo en cuenta tus conocimientos en lingüística y comunicación, ¿crees que llegará el día en que no podamos distinguir a un humano de un robot? ¿O ya estamos en ese punto?

Mi tema no es la robótica y seguramente queda un largo camino hasta que veamos un robot que sea imposible de distinguirse de un humano. Pero si vamos a la producción textual, la cosa se pone interesante…. Si bien ya hay aplicaciones aparentemente capaces de detectar si un texto ha sido creado con una inteligencia artificial, está demostrado que tienen un índice de error muy alto. O sea: ni la misma IA puede diferenciar un texto creado por un humano de otro generado por la máquina…

Esto genera una zona gris llena de debates increíbles hasta hace poco. Si nos planteamos la pregunta a partir de los robots, seguramente falta mucho, pero… Ayer me llegó un vídeo de un robot de la empresa de Boston Dynamics, esos humanoides que corren, caminan y saltan. En ese vídeo un robot jugaba al fútbol, esquivaba pelotas y hacía jugadas dignas de Lionel Messi. Pero hoy, a nivel textual, es cada vez más difícil identificar si un texto, una imagen o una canción ha sido generada por una computadora o un humano.

En tu libro La guerra de las plataformas hablas de la lucha por el control de los medios de difusión y la necesidad de innovar lo más rápido posible. Ahora que la IA entra al juego, ¿cuál es tu opinión sobre su impacto en la producción de contenido, como la generación automática de noticias o las radios con locutores o locutoras hechos con IA? ¿Crees que esto podría cambiar fundamentalmente la forma en que se crea y distribuye la información?

Mi impresión es que sí, la inteligencia artificial es y será cada vez más un actor fundamental de la interfaz mediática. Esto no quiere decir que todos los contenidos que vamos a consumir van a estar generados por una inteligencia artificial, pero… Pensemos en un portal informativo en horario nocturno. La mayoría de los diarios online no tienen personal que actualice la web de noche, por lo que ese proceso ya se está haciendo de manera automática. Claro, es muy probable que esto ya no pase solo de noche, sino que a lo largo del día haya actualizaciones automáticas generadas por la inteligencia artificial. Pensemos en información del tránsito, climática, mercados, etc. A una inteligencia artificial no le cuesta mucho generar ese tipo de contenido informativo sin intervención humana.

No creo que otros contenidos más sofisticados, llamémoslos “de autor” (como las crónicas periodísticas con estilo literario), sean generados automáticamente por una inteligencia artificial. Si los hiciera una IA les restaría valor. La gente también quiere escuchar una voz humana y leer cosas escritas por sus semejantes.

Pero volviendo a lo de antes, creo que la irrupción de las inteligencias artificiales es indudable: son actores muy potentes, capaces de hacer entrar en crisis todo tipo de entorno laboral. La aparición de estos actores tecnológicos cambia las reglas del juego en el campo de la comunicación o la educación. En el caso de las inteligencias artificiales generativas, todas las profesiones vinculadas al tratamiento textual, ya sea de fotos, de vídeos o de textos escritos, están siendo afectadas por estas tecnologías.

El subtítulo de este mismo libro es Del papiro al metaverso. En un reciente tuit comentaste que originalmente era Del papiro al TikTok, pero que esta última parte ya se podía reemplazar por la IA. ¿Crees que los paradigmas cambiarán inevitablemente?

Si pudiera, quizás ahora pondría como título La guerra de las plataformas. Del papiro a la inteligencia artificial… ¡pero debería agregar un capítulo! Tengo en claro que también se está dando una “guerra de plataformas” en el campo de las inteligencias artificiales. Por un lado, está la cuestión de la “plataformización”. Nosotros generamos contenido, hacemos preguntas y algunas inteligencias artificiales (no todas) aprenden de ellas. Si a esto sumamos la actividad de los usuarios, o la circulación comunitaria de los prompts, podemos comenzar a hablar de una cierta plataformización.

Por otro lado, al igual que en las plataformas de transporte, musicales o audiovisuales, hay grandes corporaciones detrás de las inteligencias artificiales. OpenAI, por ejemplo, la empresa detrás del ChatGPT y Dall-E, recibió 10 000 millones de dólares de Microsoft. Google, Meta, Apple, Amazon y otras corporaciones no se quedarán atrás…

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En ese sentido, no me extrañaría que las inteligencias artificiales sean el nuevo campo de batalla de las grandes corporaciones digitales. A lo mejor ciertos conflictos que hoy son muy fuertes, por ejemplo en el ámbito de las plataformas audiovisuales, quizás se estabilicen y la competencia —y la innovación— pasen a las plataformas de inteligencia artificial. De todas maneras, una de las características del ecosistema mediático es que resulta muy difícil hacer predicciones. Es un sistema complejo, entonces cualquier actor, como las inteligencias artificiales generativas, produce una disrupción que escala y cambia inmediatamente las reglas del juego. Es muy difícil predecir qué forma adoptará la guerra de plataformas o cómo será el ecosistema mediático y tecnológico de aquí a unos años.

¿Qué consejo darías a los futuros periodistas y comunicadores que desean aprovechar al máximo las oportunidades y desafíos que presenta la inteligencia artificial en su campo?

Si tuviera que dar un consejo, diría que lo peor que podemos hacer es implementar la política del avestruz. O sea, poner la cabeza bajo tierra, decir “acá no pasa nada”, “esto nunca va a llegar al aula”, o “esto nunca va a llegar a las redacciones de los diarios”. Sería el peor error que podríamos cometer.

Tenemos que utilizar estas herramientas, aprender a usarlas e incorporarlas en el aula. Debemos ser muy claro con los principios éticos que regulan el buen funcionamiento y uso de estas tecnologías, e incorporarlas de la misma manera en que hemos incorporado los correctores textuales, los sistemas de traducción automática o las herramientas de retoque fotográfico. Las inteligencias artificiales generativas no tardarán en integrarse a muchas aplicaciones que ya utilizamos (Word, Photoshop, etc.).

Más allá del shock inicial, de a poco nos iremos acoplando a estas tecnologías, así como nos adaptamos a muchas otras que, en su momento, eran muy polémicas. Cuando yo estaba en la escuela primaria, nos prohibían utilizar calculadoras electrónicas… Las inteligencias artificiales son un fenómeno disruptivo y pervasivo, no hay marcha atrás. Tendremos que adaptarnos lo mejor posible para poder utilizarlas en nuestro beneficio y reducir sus efectos negativos.

Revisa la parte 1.

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