Investigadores de la Universidad de East Anglia, en colaboración con otras universidades británicas, desarrollaron una aplicación móvil para dejar el hábito
Las aplicaciones de la IA son múltiples, controversiales o no, y así como se está pidiendo su regulación por parte de expertos y personalidades, hay algunas de ellas que significan un verdadero beneficio para la salud. La tecnología puede ayudar a detectar tempranamente algunas enfermedades, a la vez que el modelo machine learning que la sustenta puede tener en cuenta los síntomas para que los equipos médicos tomen decisiones sustanciales.
Basada en la inteligencia artificial, Quit Sense será capaz de detectar las situaciones en las que un fumador tiene la intención de encender un cigarro. Luego de las primeras pruebas de los científicos, estos afirman que el servicio puede tener una eficacia que no se ha logrado hasta ahora con otros métodos. Los intentos que ha hecho la salud pública de distintos países suelen venir de iniciativas tanto privadas como estatales, que si bien en algunos casos logran su objetivo, podrían necesitar una ayuda extra.
El tabaquismo es un problema de salud pública y hace décadas que se busca una solución definitiva. La aplicación detecta los factores que desencadenan el fumar y ayuda al involucrado implicándose en su deseo de fumar y su posterior decisión enviando mensajes de apoyo para evitarlo.
Así, el software tendría en cuentas las ubicaciones, el momento del día y otros aspectos que suelen desencadenar el encender un cigarro, entrenándose para usar estos datos y enviar los mensajes atingentes a la situación específica de la persona en cuestión.
Tests para comprobar la eficacia del método
Para comprobar que funciona, los investigadores ensayaron con 209 fumadores reclutados a través de anuncios en línea, de acuerdo a la explicación de los métodos en la publicación Nicotine & Tobacco Research. Estos recibieron un link para dejar de fumar de parte del Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés). Por otro lado, la mitad de ellos recibieron un enlace para la aplicación y, luego de seis meses, se generaron formularios para estos con la finalidad de hacer un seguimiento y sacar conclusiones. Los que afirmaron haber dejado el hábito debían hacer una prueba de muestra de saliva.
Se observó que los que usaban la app lo hacían durante un mes, en promedio, y que el 75% de los que recibían el enlace para la app la instalaban. “Cuatro veces más personas a las que se le ofreció la aplicación dejaron de fumar seis meses después”, apunta el profesor de Psicología Clínica Felix Naughton, según informa el diario marsellés La Provence.
A pesar de la novedad, la eficiencia de la app aún está en cuestión, ya que la muestra del estudio es muy pequeña, reconoce el equipo investigativo. Además, teniendo en consideración que menos del 50% de los que declararon haber dejado el hábito siguieron el acuerdo de dejar una muestra de saliva para hacer la comprobación final.
