Científicos de Canadá y EE.UU. logran crear Abaucina, el fármaco que puede atacar a una de las superbacterias más mortales que se conocen
Mucho se habla de que la gran capacidad de la IA para procesar datos y comportarse como un ser humano producirá inevitablemente la pérdida de trabajos, con la consiguiente sensación de ansiedad de los que temen quedarse sin empleo. Sin embargo, no todos son miedos y desventajas; los logros de la inteligencia artificial en el campo de la salud están tomando forma. Desde aplicaciones para dejar de fumar hasta asistentes para adultos mayores o la posibilidad de detectar cáncer junto a la colaboración de un equipo médico son otras de las ventajas que ha traído esta nueva tecnología.
Esta vez, investigadores y científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) de Estados Unidos y de la Universidad McMaster de Canadá publicaron un estudio en Nature Chemical Biology en el que dan información sobre la bacteria “acinetobacter baumannii”, que produce muertes e infecciones del tracto urinario o la piel en todo el mundo, especialmente en pacientes que están hospitalizados o con dolencias debilitantes.
Esta superbacteria puede sobrevivir en superficies secas durante un mes, por lo que puede permanecer en los equipos médicos. Además, suele estar en la piel de trabajadores sanitarios, lo cual eleva los riesgos de que los pacientes la contraigan. La bacteria es resistente a muchos antibióticos y tiene la facultad de recopilar ADN de otras especies de bacterias. Entre este material genética está el de la resistencia a los antibióticos.
Hasta ahora era muy difícil de erradicar, pero gracias a esta investigación los médicos tendrán las herramientas para hacerle frente.
Un antibiótico descubierto por la IA
El tiempo y el dinero que se utilizaba para descubrir fármacos de este tipo era elevado. Por esto, en este caso los expertos norteamericanos usaron inteligencia artificial y aprendizaje automático, que se basa en enseñar a las máquinas a interpretas los datos independientemente de los humanos.
En la revista en la que reunieron sus conclusiones afirman que usaron un algoritmo alimentado por los métodos de esta nueva tecnología para predecir las clases de estructura que tendrían las moléculas antibacterianas, entre las que se descubrieron 7000 en un corto período de tiempo, según afirma el medio español Antena 3. Entre estas, había un nuevo compuesto, que es precisamente el que está en Abaucina, el antibiótico en cuestión.
Gracias a este descubrimiento se genera un antecedente crucial en la investigación científica con fines médicos para investigar el combate contra otras bacterias mortales.
